Pacheco

 

"Este apellido fue en principio un mote o sobrenombre que se dio a Hernán Ruiz, uno de los antepasados del ilustre linaje. Quede pues sentado que en1314 ya vivía en Ciudad Rodrigo un Esteban Pacheco, y este si puede ser el héroe de la historia legendaria, no el Esteban Pacheco, I Señor de Cerralbo, por Merced de Enrique II."

 

 "Con motivo de las elecciones de cargos concejales, un caballero mirobrigense, don Sancho Pérez, fue muerto con malas artes, o por lo menos, en circunstancias poco nobles, por otros cinco caballeros, también mirobrigenses, del linaje de los Garci-López. Su viuda, doña María Adán, señora de Cerralbo, vistiose de jerga, ciño su cintura con cinco vueltas de áspera soga, por ser cinco los matadores de su esposo, y, no teniendo en su familia quién la vengase, mandó publicar por toda la comarca un bando, en el que ofrecía en matrimonio a su única hija, Inés Pérez, juntamente con toda  su hacienda, al caballero que la hiciese vengada de sus enemigos. A la demanda salió un caballero portugués llamado Esteban Pacheco , el cual retó públicamente a los cinco Garci-López, y obtenida licencia de los jueces, peleó en el campo señalado, que era el Prado de San Francisco, con los dos  

que se presentaron, venciéndolos sucesivamente.

 

Pasado el plazo sin que acudieran los tres restantes, por haber quedado heridos, dicen, en la refriega en que don Sancho Pérez perdió la vida, fue declarado vencedor, recibiendo con la mano de doña Inés, la villa de Cerralbo y toda la hacienda de su madre, no sin que esta le obligara antes a jurar que sustentaría siempre el reto contra los Garci-López.  La orgullosa dama, considerándose solo en parte vengada, quitó dos vueltas de la soga con que se ceñía, pero conservó las otras tres durante su vida; no volvió a comer pan a manteles, ni a peinar el cabello, ni a vestir otra cosa que tosca jerga. En esta forma se conserva todavía en el arruinado monasterio de la Caridad, donde mandó enterrarse, la lapida sepulclar con su efigie, aunque separada del sepulcro"

 

Fuentes: "Ciudad Rodrigo, La Catedral y La Ciudad, por Mateo Hernández Vegas"


 

 

"La Coronada":

"Marina Alonso, noble dama mirobrigense, era un prodigio de hermosura y un dechado de castidad. Lo primero fue causa, y lo segundo no fue obstáculo de atraer las miradas, excitar la admiración y despertar la insensata pasión de un rey, a la sazón hospedado en Ciudad Rodrigo. Como aquellos reyes no solían ser muy castos ni muy cautos, verla y comenzar la empresa de derrocar su virtud con todos los medios de convencimiento, seducción y violencia, de que un rey podía disponer, fue todo a un tiempo.

La empresa, sin embargo, era mas difícil de lo que el mismo había creído. La virtuosa dama, con la fuerza de sus arraigadas creencias, con la altivez de su heredada nobleza y con la indignación de la propia dignidad ofendida, rechaza de plano todos los halagos, todas las ofertas, todas las amenazas del regio enamorado. Pero tampoco éste cede. No está acostumbrado a tanta resistencia, y cree ya interesada la dignidad real en salir airoso de la desigual contienda; insiste ruega, amenaza de nuevo con crueles venganzas, no solamente contra la heroica dama, sino contra toda su casa y familia; y, en último término, jura que empleará la fuerza, toda la fuerza de un rey poderoso, contra la cual toda resistencia es inútil.

La lucha no podía prolongarse: Si María Alfonso había de conservar su virtud, preciso era recurrir a un remedio heroico, que pusiera fin a la ya insostenible batalla. Así lo pensó, y así lo hace. Aparenta ceder, muéstrase menos esquiva, y hasta fija la hora de una entrevista, que ha de verificarse en su propia casa. Este era el momento elegido para el sacrificio. La ilustre mirobrigense manda preparar una olla de aceite hirviendo, y al acercarse la hora de la regia visita, la arroja sobre su inocente cuerpo, diciendo: ¡ No quiera Dios que por ti caiga en tan vil y torpe pecado!.

Cuando el rey, pocos momentos después, penetró en la estancia, en lugar de una hermosa dama halló un cuerpo horriblemente desfigurado, cubierto de asquerosas llagas y retorciéndose en las últimas convulsiones de la agonía.

Ante aquel espectáculo, el monarca quedó avergonzado y confuso, retirándose al punto lleno de temor y remordimientos.

La noble señora murió mártir del deber y victima de la desatentada persecución de un rey, que así pagaba el franco y obsequioso hospedaje de sus pueblos, Marina Alfonso fue enterrada en la Catedral en suntuoso sepulcro, con su imagen de bulto, y sobre la cabeza una corona real, que el mismo rey mandó se le pusiera para eterno recuerdo de acción tan memorable."

Fuentes: "Ciudad Rodrigo, La Catedral y La Ciudad, por Mateo Hernández Vegas"


Hernán Ruiz que es el que da el primer Pacheco , no figura en mi árbol, ya que no se que relación familiar tenia, pero puede que fuese hermano de Diego López Pacheco, aunque lo dudo.

El origen del apellido es Hernán Ruiz que tenia "Pacheco" como mote o apodo y después lo deben tomar sus descendientes o el mismo y sus hermanos. Esteban Pacheco es el primero así apellidado conocido en Ciudad Rodrigo.

Cerralbo pasa de ser propiedad a Señorío, concedido a Esteban Pacheco (otro distinto) nacido en 1340, el titulo es concedido por Enrique II de Castilla en 1379.

Posteriormente se concede el Marquesado de Cerralbo a Rodrigo Pacheco Ossorio de Toledo, título que le concedió Carlos I el 2 de enero de 1533.

A Maria Manuela de Moctezuma Pacheco Nieto de Silva y Guzmán, X Marquesa de Cerralbo, Carlos III el 20 de agosto de 1780 le concede Grandeza de España.

 

Galo Gijón de Amírola


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